Hoy en dia es mucho más RENTABLE dirigir nuestros esfuerzos, nuestros productos, nuestro proyecto de negocio a conocer a un tipo de cliente en particular que pretender abarcar el mercado en general.
Este es uno de los errores que cometen muchos negocios: no especializarse. Erróneamente se piensa que si en un comercio tenemos un poquito de todo (ropa para señora, caballero, chica, chico, niño, niña, complementos, básicos, ropa interior, ropa de baño, tallas grandes, vestidos de fiesta, etc.) podremos obtener más ventas ya que siempre se podrá vender algo.
Sin embargo debemos detenernos a pensar en cuantos m2 estamos intentando concentrar todos estos artículos tan variados y cuál será el resultado final:
De todo un poco, pero en realidad, poco de todo.
Esto es lo que en retail se llama: deficiente amplitud y profundidad de gama, y en un lenguaje más coloquial, estilo mercadillo.
Además, la tendencia retail pasa por momentos de especialización. Galerias Martín es un recuerdo del pasado y hoy en día hasta en poblaciones pequeñas se tiende a abrir locales que sean diferentes de otros comercios. Esto se consigue enfocándonos en un tipo de cliente, en un estilo de producto y en un ambiente de tienda determinado.
Los minoristas deben buscar atributos que los diferencien de los demás establecimientos. Esto les permitirá fidelizar más a sus clientes y convertirse en su establecimiento de referencia.

Mosh, Las Palmas de Gran Canaria. Tienda especializada en t-shirts y en creaciones realizadas 100% a mano. Libros de arte, diseño y fotografía de Taschen.
Por esta razón, y porque ya existen grandes superficies que trabajan a muy grandes costes la amplitud y la profundidad de gama (algo inviable para el pequeño comercio) deberemos centrarnos en un tipo específico de cliente dentro incluso de la diferenciación entre sexos. Por ejemplo, en una tienda de 60m2 podremos trabajar productos para mujer pero incluso podremos especializarnos en trabajar un estilo en particular en moda mujer y por edad, bien puede ser el look tejanero para una chica joven, el look más romántico para una mujer más madura, vestidos de fiesta o un local dedicado a prendas básicas. De esta manera nuestro negocio quedará bien definido y podremos concentrar nuestros esfuerzos en captar y fidelizar a un tipo de cliente que a la larga buscará nuestra tienda. Fidelizar será una tarea más sencilla y llevaremos las riendas de nuestro negocio. Nuestro comercio tendrá carisma y habremos conseguido algo muy complicado: diferenciarnos del resto.
Aparentemente esta tarea de la especialización parece sencilla pero realmente es bastante complicada. Será difícil elegir bien la población, la zona y el producto en relación a la clientela a la que queramos dirigirnos. Segmentar bien a los clientes ya sea por sexo, edad, clase social, nivel de ingresos, comportamiento, etc… Deberemos realizar estudios de mercado previos y por supuesto agudizar nuestra creatividad al máximo.
Así que antes de abrir un negocio reflexionemos bien y pensemos a quien nos vamos a dirigir. Estudiemos en profundidad ese nicho de mercado y localicemos las zonas donde ese tipo de cliente potencial nos pueda encontrar fácilmente. De esta manera eliminaremos muchas de las ideas de partida enfocando quizás nuestro negocio de diferente manera y afortunadamente con más probabilidades de alcanzar el éxito.